Grupos Vulnerables
Durante la última década la atención a grupos
vulnerables, también conocidos como grupos sociales en condiciones de
desventaja, ocupa un espacio creciente en las agendas legislativas de las
políticas públicas, con especial atención a los procesos de vulnerabilidad
social de las familias, grupos y personas.
El concepto de vulnerabilidad se
aplica a aquellos sectores o grupos de la población que por su condición de
edad, sexo, estado civil y origen étnico se encuentran en condición de riesgo
que les impide incorporarse al desarrollo y acceder a mejores condiciones de
bienestar.
El Plan
Nacional de Desarrollo (PND) define la vulnerabilidad como el resultado de la
acumulación de desventajas y una mayor posibilidad de presentar un daño, derivado
de un conjunto de causas sociales y de algunas características personales y/o
culturales. Considera como vulnerables a diversos grupos de la población entre
los que se encuentran las niñas, los niños y jóvenes en situación de calle, los
migrantes, las personas con discapacidad, los adultos mayores y la
población indígena, que más allá de su pobreza, viven en situaciones de riesgo.
El Sistema Nacional para el
Desarrollo Integral de la Familia (DIF) concibe a la vulnerabilidad como un
fenómeno de desajustes sociales que ha crecido y se ha arraigado en nuestras
sociedades. La acumulación de desventajas, es multicausal y adquiere varias
dimensiones. Denota carencia o ausencia de elementos esenciales para la
subsistencia y el desarrollo personal, e insuficiencia de las herramientas
necesarias para abandonar situaciones en desventaja, estructurales o
coyunturales.
Desde una perspectiva
alimentaria, la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) define un grupo vulnerable al que padece de inseguridad
alimentaria o corre riesgo de padecerla. El grado de vulnerabilidad de una
persona, un hogar o un grupo de personas está determinado por su exposición a
los factores de riesgo y su capacidad para afrontar o resistir situaciones problemáticas.
Mientras que la Comisión Nacional
de los Derechos Humanos considera una amplia gama de grupos vulnerables que
incluye a las mujeres violentadas, refugiados, personas con VIH/SIDA, personas
con preferencia sexual distinta a la heterosexual, personas con alguna
enfermedad mental, personas con discapacidad, migrantes, jornaleros agrícolas,
desplazados internos y adultos mayores, la Comisión de Atención a Grupos
Vulnerables enfoca su atención a cuatro grupos: Niños, adolescentes, adultos
mayores y personas con discapacidad.
Una acepción más amplia refiere
que, en general, los grupos mencionados, alimentariamente por definición, viven
en condiciones de pobreza extrema. Los ingresos de los pobres extremos no les
permiten adquirir una cantidad suficiente de alimentos para poder desempeñar
sus actividades económicas y sociales satisfactoriamente. En consecuencia estos
ingresos tampoco les alcanzan para atender el resto de sus necesidades básicas
como salud, vivienda y educación.
Esto es, la pobreza extrema
configura una situación de vulnerabilidad. Si bien la vulnerabilidad de quienes
padecen pobreza alimentaria es crítica, también son vulnerables aquellos que se
clasifican en pobreza de capacidades. Estudios del Banco Mundial revelan que la
vulnerabilidad de las personas y las familias ante situaciones adversas es
intrínseca a la pobreza, “Cuando los recursos del hogar no alcanzan para
adquirir el valor de la canasta alimentaria, más una estimación de los gastos
necesarios de salud, vestido, calzado, vivienda, transportes y educación”.
Los grupos vulnerables son todos aquellos que se les considera en desventaja por una o más circunstancias las cuales pueden ser físicas, sociales, económicas, culturales, edad, sexo, etc. Afortunadamente existen ya varios organismos que ayudan a combatir esta situación, ya que es difícil avanzar en un camino de desigualdad.
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